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Haremos topiario de material natural: sisal. Para el trabajo, necesitaremos: sisal de dos colores, una bola de plástico, pintura acrílica para que combine con el sisal, palitos de sushi, hilo, maceta, yeso y pegamento.
Entonces, para empezar, toma sisal y haz bolas del tamaño que necesitamos de él. El principio de operación aquí es el mismo que cuando se hacen rodar bolas de plastilina: separamos un pequeño trozo de sisal y hacemos rodar una bola bastante densa en nuestras palmas. Hacemos bolas de dos colores. Tengo 52 bolas, pero puedes tener más o menos, dependiendo de su tamaño.
Cuando todas las bolas estén listas, tomaremos el tronco de nuestro árbol. En principio, se puede usar cualquier varita adecuada para la base del barril, habiéndola limpiado previamente. Tenía palitos de sushi y los usaba. Por lo tanto, tome tres palos, júntelos y envuélvalos bien con hilo, a veces untando con pegamento.
Ahora tome una bola de plástico y haga un agujero con unas tijeras, un poco más pequeñas que el diámetro del barril resultante. Pinta la pelota con pintura acrílica. Cuando la pintura se seque, tome el tronco de nuestro topiario e insértelo en la bola hasta que se detenga. Comenzamos a pegar las bolas de sisal a nuestra bola de plástico. Puede pegar como lo desee su corazón, tanto en un orden caótico como simétrico.
Pega todas las bolas de sisal. Después de eso, la parte principal de nuestro árbol está completamente lista.
Ahora solo queda arreglar nuestro topiario en una olla. Para hacer esto, plantar yeso directamente en la maceta, de acuerdo con las instrucciones y "plantar" nuestro árbol allí. Esperamos hasta que el "suelo" se endurezca.
Entonces, el yeso está congelado. Ahora necesitas ocultarlo. Para hacer esto, aplique una pequeña cantidad de pegamento al yeso fraguado, tome un poco de sisal y enróllelo desde la parte inferior del tronco para que el yeso no sea visible. Si el sisal sobresale en todas las direcciones, puede cortarlo suavemente alrededor de los bordes con unas tijeras.
Al final, limpie cuidadosamente la olla, limpiándola del yeso. Ponemos nuestra "felicidad del sisal" en el estante y disfrutamos del trabajo realizado.
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